Mejor dicho: «Explorando la Medina de Fez», ya que es en la parte más antigua de la ciudad donde se concentran la mayoría de lugares de interés turístico.
Sabíamos que Fez era una ciudad que daba mucho de sí, por lo que nos levantamos muy pronto por la mañana para aprovechar el día y ver cuantos más lugares, mejor.
La ciudad está llena de madrasas, que es conforme llaman a las escuelas árabes, tanto religiosos, como no religiosas. La decoración interior de muchas de ellas es digna de ver. Las que para mí fueron las más bonitas y que considero imprescindibles de ver son: Bou Inania, Cherratine y Al Attarine.
Además de madrasas, la ciudad tiene también varias tenerías, ya que uno de los principales negocios de sus habitantes es la piel. Nosotros vimos el de Sidi Moussa, pero hay un par más, tal y como se puede ver en el mapa anterior.
Eso sí, si tuviera que elegir mi lugar favorito de toda Fez, sería el mirador que hay sobre las tumbas Marinid ¡Menudas vistas! Desde allí se puede ver la ciudad en su totalidad y aunque la subida hasta él sea algo pesada, vale muchísimo la pena.